Jugando cartas [Arthur]

Pues buscate un hermanastro mayor!!-dije sonriente revolviendole el pelo como a una niña pequeña-Si no recuerdo mal, y por lo poco que se de Mitologia Griega, todos somos familia,por lo menos en parte; creo recordar que todos los dioses eran hermanos o algo asi, escepto Zeus y Afrodita...pero ya te digo no me hagas mucho caso-dije sonriente poniendome las manos en la nuca

-¡¡oye!! me despeinas bobo - me quejé mientras acomodaba mi cabello, lo miraba feo y...sí, no me pude resistir, le saqué la lengua como niña chiquita - pero bueno, en vista de que todos somos familia y eso ¿quieres ser mi hermanastro mayor? - le pedí haciéndole ojitos, cosa que casi siempre funcionaba para conseguir lo que quería

No se si te mereces que sea tu hermanastro mayor...-dije cruzandome de brazos y entornando el rostro, intentando parecer reacio a darle lo que me pedia. Pero por supuesto que iba a aceptarlo, solo queria jugar un rato. Y ella, sus pelos alborotados y su manera tan infantil de sacar la lengua y de comportarse; hacia que no pudiera resistirme a tratarla de ese modo, siempre gastandole bromas

-Ándale, Arthur, sé mi hermano mayor - le pedí de nuevo con mi carita tierna - yo sé que lo quieres, te recuerdo que sé lo que piensas de mí, y sé que solo le estás dando largas para molestarme.
Entonces me levanté y rodeé su silla para quedarme tras él. Lo abracé y comencé a besarlo por todo el rostro. No pude evitar reírme, Arthur me parecía un chico excelente y sabía que acabaría diciéndome que sí.

- ¿Arthur si vas a ser mi hermanito? - volví a preguntarle con voz tierna.

Se levanto y se puso a mi espalda, me abrazo y empezo a besarme a lo largo de toda la cara, echando se a reir-Agg maldita niña y sus poderes...valeeee sere tu hermanastro mayor, pero solo porque eres muy adorable-dije haciendome el ofuscado un poco, paar despues ponerme a reir

- Gracias hermanito - le di un beso en su mejilla y le revolví el cabello - yo también creo que eres adorable...aunque un poco molestón.
Bueno, ahora que quedábamos como hermanos, yo no iba a rebajarme a estarlo seduciendo a cada rato. Además me había dado cuenta de que Arthur era un chico genial, y tenerlo como "hermano" me parecía excelente. Podría contar con alguien que me protegiera...y eventualmente, que me quisiera.

Pero seras...ven aqui enana!!-grite jugueton antes de salir corriendo detras de ella- Si soy moleston es porque me encanta serlo!!-volvi a alzar la voz mientras le despeinaba y le hacia cosquillas

Sentí las manos de Arthur en mi cuerpo, haciéndome cosquillas...una de mis debilidades. Comencé a reírme intentando zafarme de sus brazos, pero parecía imposible. Yo no podía parar de reírme.

- ya...Arthur...basta...me rindo...ya - pero mi hermanito no paraba - voy a morderte si sigues - pero al parecer no le importó por lo que mordí su hombro, aunque no muy fuerte.

Eppa que pasa!!! Que a ti no te dan de comer o que!!!?-alce la voz haciendole aun mas cosquillas como castigo-Que es eso de morder? eh hermanita? Esa costumbre tendremos que quitartela a base de cosquilals!!-me rei viendo como se retorcia bajo mis manos

- Arthur ya...por favor - le pedí retorciéndome por las cosquillas que él me hacía - es...suficiente hermanito.

Entonces me dejé caer al suelo y en ese momento, pude colocarme sobre Arthur.

- Ahora va mi venganza hermanito - sonreí malévolamente y comencé a hacerle cosquillas yo también.

No,no,no,no!! Para...!! que llamo a las cucarachas!!!!-dije revolviendome de risa debajo de ella. Podia librarme facilmente de ella, pero hacia tanto que no jugaba como un niño pequeño que...lo echaba de menos. Aquellos momentos infantiles, no se pagaban con nada

-No me importa a quién quieras llamar cariño, de esta no te libras tan fácil - dije riendo mientras seguía haciéndole cosquillas por sus costillas y su estómago.

Jamás había jugado así con ningún chico, ni me había dado la oportunidad de tener a alguien como Arthur en mi vida. Ahora que era mi "hermano" no iba a desaprovechar la oportunidad de disfrutarlo

Seguro?...Te... vas... a... enterar...-dije entrecortadamente por culpa de las cosquillas. Como no podia concentrarme bien solo pude hacer una pequeña plaga de unas 100 cucarachas mas o menos, pero eran suficientes para llenarle la cabeza de ellas. Todas las cucarachas se lanzaron a la vez y empezaron a ponerse en su cabeza y pelo. Una de ellas se escurrio hasta colocarse encima de su nariz y yo sonrei malevolamente

-¡¡Arthur!! - grité quitándome la cucaracha de mi nariz y levantándome del suelo para pararme rápidamente sobre la mesa - más te vale que te las lleves de aquí hermanito
No había nada en el mundo que me diera más asco que las cucarachas. Las odiaba.

Que palabras habias utilizado?-pregunte enarcando una ceja y sonriendo burlonamente-Ah si...No me importa a quién quieras llamar cariño, de esta no te libras tan fácil-dije imitando su chillón tono de voz y después dejaba escapar una carcajada mientras mandaba a las cucarachas que empezaran a bajar de su cabeza

-Muy gracioso, Arthur ¿quieres quitármelas de una vez, antes de que me dé un infarto? - le pedí al chico intentando ocultar los estremecimientos que esas cosas estaban causando en mi cuerpo, les tenía un pánico terrible y Arthur estaba haciéndome pasar uno de los peores momentos de mi vida.
Un nudo se formó en mi garganta y cerré los ojos por temor a que se me salieran las lágrimas. Esto de molestar a Arthur no era buena idea, y estaba más que furiosa porque en verdad lo hiciera. Al parecer, me había equivocado con él

Vi que realmente lo estaba pasando muy mal y se me ocurrió una forma de arreglarlo. Aproveche que cerro los ojos y puse en marcha mi idea-Pero no llores MAry que solo era una broma. Abre los ojos-le pedí haciendo que en mi voz se notara la sonrisa que había en mis labios. Había aprovechado que ella había cerrado los ojos para sustituir todas las cucarachas por miles de mariposas de todos los colores. Muchas de ellas estaba posadas sobre la cabeza de Mary y otras tantas seguían volando adornando el techo de la habitación. Espere a que abriera los ojos como le había pedido para terminar mi disculpa con las mariposas...

No quería abrir los ojos por dos razones, la primera, no quería ver esas cosas repugnantes encima de mí. Y la segunda, no quería que Arthur viera lo mucho que me había afectado su "bromita".
Así que en vez de hacerle caso, negué con mi cabeza casi imperceptiblemente, no quería moverme, sólo quería que Arthur dejara ya este juego y me quitara estas cosas de encima.

Mary negó débilmente con la cabeza y yo le insistí-Mary de verdad confía en tu "hermanastro" mayor-dije haciendo notable en mi voz la sonrisa que tenia en mis labios. Esperaba que Mary abriera los ojos, si no, mi disculpa se echaría a perder, y a mi parecer, me había quedado muy bonita, por lo menos en mi mente....

Abrí los ojos poco a poco, temerosa de lo que iba a encontrarme. En ese momento pude percibir puros colores, nada de ese color asqueroso de las cucarachas. Toda la sala estaba llena de mariposas, yo estaba cubierta de ellas, todas hermosas y de distintos colores. Sonreí y dejé escapar algunas lágrimas.
Poco a poco, todo el temor, la angustia y el enojo iban desapareciendo, aunque Arthur tendría que hacer algo más si quería que le perdonara esos minutos en los que creí que de verdad me fallaría el corazón.

Parecía que todo estaba funcionando igual de bien que en mi visión, ahora solo faltaba darle el toque mas tierno de todo y ver si mi premonición se cumplía totalmente. Hice que las mariposas se posaran sobre cada una de las lagrimas de Mary llevandoselas en sus patitas, como si fueran los granos de polen de las flores de un prado. Sus lagrimas brillaban al ser transportadas por las mariposas, dejando un brillo precioso en el aire

No pude evitar reírme al ver como las mariposas apartaban las lágrimas de mis ojos, y mientras volaban por ahí, éstas adquirieron un brillo hermoso. Miré a Arthur, quien me sonreía y yo lo miré con un ceño fruncido.

- Aún no te perdono, hermanito - le dije con mi tono más serio.

Entonces me reí al ver su expresión y abrí los brazos para que me ayudara a bajar de ahí

Me acerque a ella y la baje de encima de la mesa tomandola por la cintura y girando antes de dejarla en el suelo-Aun no piensas perdonarme??-pregunte con el tono de voz más tierno que podía y lo conseguí, me salio la voz mas tierna que había echo en toda mi vida y me quede esperando la respuesta

Fingí pensármelo y luego lo abracé fuertemente.

- Sí, te perdono, pero no vuelvas a hacerme algo así en toda tu vida...me asusté muchísimo - dije escondiendo mi rostro en su pecho.

Quizá, Arthur sería capaz de percibir como mi corazón palpitaba descontroladamente en mi pecho.

Eso te pasa por hacerte la chula delante de tu hermano mayor-dije riendo suavemente con su rostro en mi pecho, mientras le acariciaba el largo pelo rubio que le llegaba hasta la mitad de la espalda. Esa sensacion al decir las palabras "hermano mayor" era un hormigueo muy gratificante en el estomago